Conoce los cuidados personales para la salud psicologica

Los cuidados personales comprenden todas las habilidades relacionadas con el aseo, la comida, el vestido, la higiene, el aspecto personal, la salud y el autoestima.

Es decir que los podemos englobar en tres grandes grupos que son: La salud física; la imagen personal y la salud psicológica.

Cada persona debe preocuparse por desarrollar el cuidado de uno mismo, y también somos nosotros mismos quienes podemos potenciar todas las habilidades y destrezas de nuestra autonomía personal. El proceso de cuidado es único para cada persona.

La importancia de los cuidados personales

Cuidarse es ponerse a uno mismo como prioridad.

A veces hacemos de otra actividad o de otra persona el centro en el que gira nuestra vida, pero la prioridad constante a lo largo de nuestra vida debemos ser nosotros mismos.

Autocuidarse es hacer lo que nos sienta bien de forma cotidiana, aunque ésto parece que pueda resultar muy difícil.

cuidados personales

Hay personas que no aparecen en su propia agenda, ni siquiera para cubrir sus necesidades básicas.

Indicadores de que no estás cuidandote bien

Existen algunos indicadores de que no estás cuidando bien sus cuidados personales.

  • Sentir que nos falta tiempo.
  • No practicar actividades placenteras.
  • Fatigarse, tener constantemente dolor de cabeza, de espalda o estreñimiento.
  • No preocuparse por los síntomas de alguna posible enfermedad.
  • No cuidar el aspecto físico.
  • Tener cambios de humor.
  • Tener las aspectos de nuestra vida desordenados.
  • Manifestar alguna conducta compulsiva.
  • Descubrirse dándose mensajes negativos sobre uno mismo o sobre tus capacidades.

La buena noticia es que el cuidado personal es una habilidad, y como tal, puede aprenderse!

Lo que quiere decir que podemos desarrollar un plan de acción para conseguir desarrollar nuestros cuidados personales.

Plan de acción para los cuidados personales

Te propongo algunas buenas ideas para que empieces a desarrollar tu propio plan de acción:

Alimentación: Comer bien es fundamental para tener suficiente energía.

Asegúrate de comer lo suficiente a lo largo del día y de una manera adecuada. Concéntrate en alimentos sanos que te hagan sentir bien y te mantengan hidratad@. También permítete algún pequeño capricho de vez en cuando!.

Ejercicio: Sal afuera a caminar, correr o andar en bicicleta. Continúa con tu programa de ejercicios, ya que estos pueden aliviar la depresión y la ansiedad. Prueba meditar, practicar yoga y concentrarte en la respiración.

Sueño: Trata de dormir por lo menos siete horas cada noche para recargarte. Apaga los aparatos por lo menos una hora antes y prueba meditar, técnicas de respiración, escribir un diario o leer algo que te relaje y te ayude a conciliar el sueño.

Tómate un tiempo todos los días: Tómate un “rato” de vacaciones de tu vida “normal”. Realiza tus tareas habituales por gusto o quítate de encima tu lista de tareas. Siéntate al sol, contempla la luna.

Alivio del estrés: Realiza algunos de tus hobbies, date un baño con aceites esenciales relajantes, date un masaje, date permiso para llorar, comienza a escribir un diario personal, escribe los aspectos positivos que ha tenido el día, pinta, toca un instrumento, sube la música y baila, lee un libro

Rodéate de cariño: Abraza a las personas que quieres. Visita o conversa con tus amigos o familiares. Preocúpate por tus mascotas.

Valora y reconoce el esfuerzo que estás realizando por tí, incluso prémiate por ello.

Cuando te sientas molest@ o enfadad@ tómate un tiempo para relajarte a solas y céntrate en otras cosas que no sea la situación o las actitudes que te han molestado.

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Apoyo social: Comunícate con tus amistades y familia y busca a una persona que puedas llamar o visitar cada vez que la necesites. Administra tus relaciones de modo que puedas equilibrar el tiempo privado y el tiempo social y no te sientas presionad@ a estar con conocidos.

Pide ayuda cuando la necesites a las personas de tu entorno sin esperar a que te la ofrezcan. Sé consciente de tus capacidades y limitaciones.

Cuidado profesional: Es importante reconocer cuándo necesitas ver a un médico, o a un terapeuta. Considera también encontrar un grupo de apoyo específico.


Ten en cuenta que al desarrollar tus cuidados personales estás también cuidando tu autoestima!.


Pudimos desarrollar éstos conceptos y muchos más relacionados con los cuidados personales en el taller realizado junto con la Asociación Salamantina de Espondilitis Anquilosante (ASEA).


Sobre el autor de este artículo

Javier Barreiro Santamarta es Licenciado en Psicología por la Universidad de Salamanca, Psicólogo General Sanitario en Salamanca colegiado nº CL-3735. Máster en Psicología Clínica cognitivo-conductual, Máster en Terapia Breve Centrada en Soluciones y Máster en Recursos Humanos.

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